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Fernando Doroteo Celestino, empresario de música Folklórica; fue despedido por una gran cantidad de personas, quienes lo acompañaron hasta su última morada. |
Nadie en esta vida
terrenal queda conforme cuando un ser querido se va para siempre, pero mucho
más dolor e inconformidad queda cuando la vida de aquel que se ama se le ha
sido arrebatada repentinamente y con violencia.
Ayer 09 de agosto, con
un profundo dolor y a son de música fue enterrado el Empresario y
productor Musical Folklórico, Fernando
Doroteo Celestino, quién el domingo 06 de agosto en horas de la noche perdió la
vida muy cerca a su casa, a consecuencia de los impactos de bala que le propinaron
aquellas personas que cobran por matar.
Antes de ser llevado
a su última morada, el ataúd del Empresario paseo las principales calles de la
Provincia de Barranca, partiendo desde su hogar ubicada en el Carmen, bajando por la
calle Arequipa, subiendo todo Zavala y Olaya, dirigiéndose hacia la calle Lima,
lugar donde se encuentra el local Kiu San Club, establecimiento donde, Fernando
Doroteo Celestino, inicio la Pasión de su productora, la que lleva el nombre
de, “Producciones San Cristóbal”, realizando eventos musicales cada fin de semana,
trayendo a artistas del Folklore nacional y local. Aquí, siendo exactamente las
2:55 de la tarde se le realizó un pequeño homenaje de cuerpo presente. La
carrosa fúnebre, familiares, amigos y personas que lo conocían y que lo
acompañaban se reunieron dentro y fuera del lugar, esperando por 20 minutos que los restos del empresario siguiera su
camino trazado. En la espera las personas filmaban, tomaban fotos y otras que
pasaban por el lugar talves se
preguntaban ¿Cuál era el acontecimiento que estaba congregando a tanta gente?
No obstante, este
lamentable hecho no solo congregó a personas comunes y corrientes, sino que
también se hicieron presentes funcionarios de la Municipalidad de Barranca y Medios
de Comunicación del ámbito local y nacional.
Luego, siendo las
3:15 de la tarde, el féretro salió del local y prosiguió su recorrido, unos pasos
más adelante, en toda la esquina que intercepta la calle Lima con Alfonso
Ugarte, su familia decidió hacerlo
bailar, con sus rostros reflejando una alegría doliente dieron vueltas con el
ataúd en sus hombros, aquella morada que aloja ahora el dormir profundo del que
en vida fue, Fernando Doroteo Celestino.
Gálvez, la calle más
transitada de Barranca también fue testigo de su última despedida, allí mismo
se encuentra el Poder Judicial, aquella institución que está llamada a impartir
la justicia con igualdad, sancionando verazmente a aquellos que quebrantan las
leyes y se ríen de ellas a costa del dolor ajeno; y que lastimosamente por no
estar haciendo su trabajo la familia del desaparecido empresario se acercó con
el féretro en sus hombros y a gritos y empujones pedían justicia, pero la
puerta del recinto judicial se encontraba cerrada , ya que minutos antes un
grupo de manifestantes se aglomeraron afuera pidiendo a gritos que se acabe con
la extorsión, sicariato, impunidad e inmediatamente se declare en Estado de
Emergencia a la Provincia Barranqueña.
La fiscalía fue la
última institución donde se le reclamó que no se duerman en sus laureles y que
se haga justicia a una familia que está quedando llena de dolor, llevando en
sus hombros la muestra de su incompetencia y dejadez ante los hechos constantes
de sangre que está aconteciendo en la ciudad de Barranca y sus Distritos.
El último lugar hasta
donde caminaron todos los congregados, fue el parque de los Próceres, allí
entre fotos, vídeos y miradas de muchas personas, el ataúd de, Fernando
Doroteo, bailó por última vez a son de sus familiares, quienes sin descanso lo cargaron
por casi dos horas y media, aferrando sus manos y su corazón dolido a una caja
larga y angosta de anchura.
Los acompañantes
fueron tantos que los carros contratados por la familia no alcanzó, haciéndose
un desorden vehicular en las pistas y alrededores del parque los Próceres, ya
que las personas desesperadas queriendo acompañar y estar presentes en el
último lugar donde quedaría el cuerpo de Fernando, corrían a los carros y motos
que veían, haciéndolos parar intempestivamente, originándose por unos minutos
un caos vehicular incontrolable.
Lo único que queda de este hecho muy
lamentable es un dolor para la familia y una preocupación para los Barranqueños,
quienes ven día a día como una ciudad que era tranquila, hoy está considerada
como una zona de alta peligrosidad.